Llevo colgado en el pecho
un corazón encarnado
pelos de tu tacto erizados
y el latido que sigue al acecho
Pongo en cada sueño un destino
por el que no vale la pena atajar
ni entretenerse en mirar hacia trás
y disfrutar cada momento contigo
Poso la mirada en tu cara
y la beso una y otra vez
hasta que me dobla la vista el placer
de sentirte tan entregada