Bailando

Mi primera noche contigo
y ya me siento atrapado
por ese ronco zumbido
como un aullido encerrado

Seré el cuerpo pesado
que no descansa tranquilo
tú el silencio anclado
en este tiempo perdido

Los dedos son cascabeles
la luz se ve deslumbrante
los pies ruidos de papeles
y el reloj desesperante

Seguir aquí tan erguido
o continuar dando vueltas
para bailar más contigo
y acabar con piruetas

Me voy, nos encontraremos
donde nunca quiero verte
y se esconden los sueños
que buscan amanecerme

Uno entre seis millones

El otoño desdibujando sombras
el frío aprieta hasta no poder más
amontonando sueños entre mantas
que no tienen alas para volar

Se detiene el tiempo en el mismo muro
el que impide seguir con la escalada
y se va resbalando el futuro
cuando al otro lado no se ve nada

Difícilmente llega motivación
cuando no se sabe que te espera
ni donde apoyar el talón
para que alguien se fije en tu huella

Otra tarde que perece indigente
y la mañana será aún más pobre
todas las ganas las tendré de frente
y pondré la mente donde no estorbe

Moriría por lo que ahora tengo

Empezaría de nuevo
a volver a conocerte
en aquel u otro pueblo
donde comencé a quererte

Volvería a ponerme el disfraz
que ocultaba mi tristeza
y hacer otra vez resonar
el latón en tu cabeza

Repetiría aquel domingo
todos los diás de mi vida
que te vinieses conmigo
y te sintieses querida

Desearía tatuarme
tus caricias en mi cuerpo
secuestrar ese desarme
que me atrapa como un cepo

Daría la vuelta al mundo
y no encontraría besos
tan mios que saben a tuyo
tan dulces que saben nuestros

Lo que siempre estuve esperando

Con ese mismo cordel
que tengo maniatados
todos aquellos recuerdos
ahora acaricio mi piel

Lo bueno de aquel pasado
se va quedando sin sitio
como si fuese un suplicio
recordar si se ha olvidado

Sentimientos que vagueaban
para quedarse dormidos
sobre colchones tan fríos
que ni en sueños calentaban

Se me han llenado de tiempo
esos intervalos de horas
que antes erraban a solas
ya me los bebo sedientos

Para andar hacia delante
hay que dejarse llevar
cerrar la puerta de atrás
y disfrutar a lo grande

No se vivir sin su abrazo
que no me falta ni un día
su amor y  compañía
siempre lo estuve esperando

Mañana a las seis

Temple al calor de café
y sueño entre ojos dormidos
con la pereza de pie
sujetada por mil hilos

No queda nada al momento
se va todo con tu beso
al mismo tiempo que al viento
le grito cuanto te quiero

Hoy otra vez desperté
con tu sabor en la boca
feliz lucía mi piel
de haberte quitado la ropa

No recuerdo amanecer
que no fuese en tu compañía
y disfrutase el placer
que tu le das a mi vida.

De cabeza a Cabezón

Trisca gris la quima de la hoguera
y sus llamas acuchillan el cielo
que quieren destripar a las estrellas
para llenar de cenizas el suelo

Charcos en que la fría luna habita
y pies descalzos con su piel morena
que aplastan para sesgarle la vida
a puñados de hojas verde botella

En el río saltos de viejas truchas
que supieron como esquivar anzuelos
y ahora boquean por que se escuchan
zumbidos mansos de bichos viejos

Espinas en manantiales de sangría
incrustadas en rebanadas de pan
como venganza de aquella sardina
que quiso huir intentando pinchar

Bancos blanquecinos que albergan cosas
que alguna vez sirvieron de escondite
escondiendo besos entre sus sombras
Y así el amanecer no se los quite

Mi vista puesta en esas laderas
donde tantas veces juré morirme
asentarme como las fuertes piedras
y formar parte de su  tierra firme

El lobo feroz

Como un chillido capaz
de helarme toda la sangre
mordisco fuerte y voraz
de una boca con hambre

Cordero con piel de lobo
tan feroz como indefenso
solo él sabe a su modo
sacarle punta a un verso

Voz tan fuerte y reprimente
llena de sabiduría
melodía reconfortante
que me sigue cada día

De corazón solidario
generoso e incansabable
un hueco libre de armario
donde todo cabe

Una piedra en el zapato
para el que tiene buen pié
y nunca un cruzar de brazos
sinó un tiro en la sién

Déjame! quiero ir contigo
y compartir tu destino
que nunca habrá enemigo
que pueda apagar tu ruido

Cuando la noche es lo mejor del día

Donde desmadramos noches
con tu piel bajo la mía
descubrimos las dotes
del gran momento del día

Parece que no hay prisas
los ojos parecen comer
besos de nuestras sonrisas
para tatuarlos en la piel

Quitarnos capas que evitan
llegar al fuego que funde
postrar en bocas que invitan
amar a lo que nos une

No quiero parar el tiempo
ni la sensación vivida
disfrutar de ese momento
del último de mi vida

Al sol radiante

Sentir ese sol de frente
y no aguantar su mirada
cegar su poder ardiente
a la sombra de otra parada

Si fuesen los ojos muros
o las tejas de un tejado
los expondría desnudos
sin miedo de hacerme daño

Horizonte que no hagan
que se me aparte la vista
y entre los sueños se bata
solo seguir esta pista.

Arrugas a la vejez

Tras el lustroso espejo
late rítmica mi nariz
cual hocico de un conejo
que no sabe a donde ir.

Pliege profundo y añejo
entre las cejas resalta
como un sórdido reflejo
de lo que más echo en falta.

La soledad exterior
cubre en silencio la noche
como ese grito sin voz
muriéndose y nadie lo oye.

Mi insólito rostro opaco
no muestra pena o placer
solo una mueca dejando
otra arruga a la vejez.

Anoche te eché de menos

¡Es horrible! este encierro
y esta camisa de fuerza
si me aprieta más me muero
de asfixia dolor y pena

¿Qué es ese olor a nada?
esas sombras sin figura
esta cama sin tu espalda
un abrazo sin cintura

Que día será mañana
si esta noche ya no cuenta
me perderé tu mirada
cuando tus ojos despiertan

El primer beso me supo a eso

Escapando de un barranco
por donde dejé caer mi alma
hallé un corazón rodando
que en mi pecho se paraba

Me resbalé por el musgo
y atrapado en olor a sal
sentí que había algo tuyo
que se traslucía en el mar

Era de un cielo ceniza
de lo que huía el sol
la tarde fría y plomiza
cuando te ofrecí mi amor

Fumé casi todo el tiempo
intenté quedarme ronco
y así suplicarte un beso
entre olas y su estruendo

Tan fuerte como una roca
de valiente acantilado
tomé el dulzor de tu boca
que ahogó el sabor a salado.

Y lo que te rondé 33

Te ibas, no lo queríamos ver
tu con la mirada perdida
yo agarrado a tu mano pensé
si tu corazón sentía

Te quedaste tan pequeña
que me da vértigo asomar
esta mirada que se despeña
cuando te intento recordar

Te llevaste sin avisar
mi sonrisa por casualidad
no podía ni imaginar
que se iba mi felicidad

Te dejaste mucho amor
escondido en este corazón
para mitigar el dolor
de esta cruel sin razón

Te prometo morir por tí
y vivir con tu recuerdo
no olvidar que nací felíz
por surgír de tus adentros.

Con las cuencas desiertas

Se abrío la compuerta grís
que tan llanto retuvo,
en noches d desvelo sin fín
retorcidas como nudos.

Las cuencas ahora son desiertos
de ojos que ya no tienen sed,
ni extrañan aquellos tiempos
cuando tendian a enrojecer.

Será eterna las sonrisa
que volverá a declinar,
en bocas que nunca avisan
que sus besos son de mezquindad.

Cabalgaré en este sueño
y tu piel serán las riendas,
que galopen con empeño
hacia compuertas abiertas.

En Carne Viva

Se quedan cortas las noches
nos sorprenden prematuras mañanas
con gélidos y cariñosos roces
huyendo de la claridad entre sábanas

Mi boca arde como bola de fuego
y lo apague tu lluvia de besos
siguiendo fiel a reglas de un juego
en el que siempre ganan los dedos

No hay tanto saco vacío
para tanto sueño lleno
ni bolso roto ni descosido
por el que escape un recuerdo

Esta noche de nuevo te espero
cual torero a puerta gayola
que ya siento el corazón entero
frío y duro como la escayola.

Anáforas de soñar despierto

Soñé que estabas a mi lado
Soñé la luz de tus ojos observando
Soñé unas manos acariciando
Soñé contigo y ya me había despertado

Reencarnación

Fue la noche perseguida,
por unos ojos sin disfraz,
eran los tuyos que querian,
que los mios fuesen detrás.

Con mi sonrisa preferida
y la voz echando a temblar,
te pregunté si estabas fría
y mi corazón se empezó a quemar.

Mis manos no dejaron de moverse,
los cuerpos no se querían separar,
deseaba que el tiempo se detuviese
o un agujero por donde contigo escapar.

Entre enredadas sábanas
y sueños que no me paran de desvelar,
me pregunto si tendre esta misma fuerza mañana,
para pedirte una oportunidad.

Aliento de desolación

Se ajustaron las agujas del reloj
pero entre ellas se siguen escapando las horas
las que no llegan a tiempo ni demoran
y ningún recuerdo registró

Cuanto más hueco abro en mi vida
más se llena de vacío mi corazón
los sentimientos duermen a pierna suelta
y roncan aliento de desolación

No hay mañana que no esté encapotada
ni claros por donde se cuele el sol
cualquier caricia se queda helada
cuando me desvisto yo

Grita agónico en mi cabeza
el último sentimiento de amor
atado de pies y manos
secuestrado por mi incauto corazón

Cabe en la palma de mi mano
cualquier rebrote de esperanza
y escapa hasta del puño cerrado
que nunca pudo sujetarla

Reflejos de dolor

Por el redoble de bostezo
diría que tengo el cuerpo muerto
y está cansado de huir desnudo
de los abrazos que lo quieren preso.

Los oídos supuran lágrimas de cera
de tantas voces heladas que dicen no
la mirada enrojecida por ojos que apartan la vista
y ya no sabe donde quedarse retenida
ni encontrar un espejo
que no tenga el reflejo de su dolor.

Se irá el invierno, el viento y la lluvia
pero mi vida seguirá siendo inerte y fría
aunque la angustia se vaya con la noche
el día me de volverá el alma vacía.

Humos

Silencios de horas muertas
negros como posos de café
vacíos entre las costuras
que del bolsillo rascaré

Teorías que giran como veletas
para intentar sentirse bien
razones que de rodillas esperan
a saber ponerse en pie

Si busco manos hallo puños
si abro puertas la pared
detrás de cada hueco humos
de la hoguera en que me quemé

Voces de bocas sin consuelo
y letras cubre-trozos de papel
nubes emborronan hasta el cielo
que en mochilas cargaré

Aire que contamina el sueño
agua para estos labios sin sed
cigarrillos que intoxican madrugadas
y nublan cada amanecer

El Comienzo

Los primeros pasos siempre llegan con demoras
de tener a sus pies la misma sombra solitaria
la que reniega del destello de farolas
y huye de aceras dañadas por el roto de las olas

Sabe el suelo de ponerle cama
a cualquier sueño un lecho de leña seca
donde dar vueltas sobre una rama
y la astillada conciencia no arañe mi alma

Quizá los ojos no marquen el camino
esos que guiaban hasta las montañas
y se fue a copar colinas el destino
porque ese horizonte no era el mío