Los primeros pasos siempre llegan con demoras
de tener a sus pies la misma sombra solitaria
la que reniega del destello de farolas
y huye de aceras dañadas por el roto de las olas
Sabe el suelo de ponerle cama
a cualquier sueño un lecho de leña seca
donde dar vueltas sobre una rama
y la astillada conciencia no arañe mi alma
Quizá los ojos no marquen el camino
esos que guiaban hasta las montañas
y se fue a copar colinas el destino
porque ese horizonte no era el mío