miércoles, 9 de mayo de 2012

Con las cuencas desiertas

Se abrío la compuerta grís
que tan llanto retuvo,
en noches d desvelo sin fín
retorcidas como nudos.

Las cuencas ahora son desiertos
de ojos que ya no tienen sed,
ni extrañan aquellos tiempos
cuando tendian a enrojecer.

Será eterna las sonrisa
que volverá a declinar,
en bocas que nunca avisan
que sus besos son de mezquindad.

Cabalgaré en este sueño
y tu piel serán las riendas,
que galopen con empeño
hacia compuertas abiertas.