Escapando de un barranco
por donde dejé caer mi alma
hallé un corazón rodando
que en mi pecho se paraba
Me resbalé por el musgo
y atrapado en olor a sal
sentí que había algo tuyo
que se traslucía en el mar
Era de un cielo ceniza
de lo que huía el sol
la tarde fría y plomiza
cuando te ofrecí mi amor
Fumé casi todo el tiempo
intenté quedarme ronco
y así suplicarte un beso
entre olas y su estruendo
Tan fuerte como una roca
de valiente acantilado
tomé el dulzor de tu boca
que ahogó el sabor a salado.
No hay comentarios:
Los comentarios nuevos no están permitidos.